El acetaminofen es un medicamento tan popular, que la mayoría de las personas piensan que es perfectamente seguro. Entre los nombres comerciales se encuentran el Tylenol y el Paracetamol.
Pero la verdad es otra muy distinta.
Casi todas las semanas aparecen noticias, cada vez peores, que alertan sobre nuevos efectos secundarios del acetaminofen.
Por ejemplo, en uno de los estudios más recientes, los investigadores encontraron que tomar únicamente 4 pastillas de acetaminofen por semana durante 4 años hace que se eleven al doble las probabilidades de desarrollar cáncer de sangre, también llamado linfoma.
El linfoma es una enfermedad que por lo general tiene 3 posibles causas: una infección, un sistema inmunológico muy débil, o la exposición prolongada a productos químicos tóxicos.
Lo grave es que el acetaminofen cae dentro de las tres categorías.
El acetaminofen, usado durante periodos prolongados de tiempo, puede dañar el hígado, reduciendo la capacidad de tu cuerpo de pelear contra las infecciones.
También puede ocasionar falla hepática, ocasionando que se ocasionen todo tipo de desechos tóxicos en el organismo.
Así mismo se le ha ligado al asma en los niños, o cual es otra indicación de que ocasiona una supresión del sistema inmunológico. Es realmente sorprendente que después de unos 60 años de estarlo usando, aun sigamos sabiendo de nuevos riesgos que esta “medicina” para el dolor ocasiona.
Estoy seguro de que seguirán apareciendo mas estudios descubriendo más efectos secundarios realmente nocivos del acetaminofen.
Y más grave aún: en lugar de tratar de desarrollar alternativas a esta “medicina”, los grandes laboratorios farmacéuticos la usan como “ingrediente secreto” en muchísimos otros productos… estamos hablando de que la usan en otras 350 medicinas para el resfriado, la alergia, el dolor y la tos.
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